DEPORTE, RIESGOS Y HÁBITOS

Ninguna actividad deportiva queda exenta de la posibilidad de sufrir accidentes. El deporte comporta riesgos y hay que actuar al respeto. Es importante ser conscientes de las situaciones potenciales de peligro y adoptar las medidas de seguridad adecuadas. Los deportistas cogen hábitos personales como comer adecuadamente unas horas antes de la competición, hidratarse de forma constante o trabajar una buena rutina de calentamiento, pero no todo el mundo da suficiente importancia a utilizar las protecciones más adecuadas para el deporte que practica.

Elisabet Portavella, psicóloga infantil y psicopedagoga, nos habla sobre la experiencia que puede suponer para un niño o un adolescente el hecho de sufrir un accidente bucodental para que valoremos la importancia de fomentar unos buenos hábitos relacionados con la protección.

¡Buenos días, Bet! ¿Puede suponer una experiencia traumática para un niño el hecho de sufrir un accidente bucodental mientras hace deporte?

Depende. Ninguna experiencia es traumática por sí misma. Dependerá de cómo la viva la persona que la sufre, de la gravedad del accidente, del contexto donde pasa, de cómo se reacciona en el momento que sucede… En un accidente bucodental mientras se hace deporte, lo importante es que los adultos actúen desde la calma y la responsabilidad sin generar alarmismo e inquietud hacia el niño.

¿Puede llegar a condicionar su manera de volver a jugar?

Lo más común es que cuando el niño vuelva a jugar después de algún accidente o lesión, salga al campo con el miedo a que le vuelva a pasar. Por lo tanto, sí que puede condicionar su juego porque se sienta más inseguro. Pero normalmente este miedo se manifiesta sólo a los primeros contactos posteriores al accidente o lesión, después va desapareciendo.

¿Cómo se tendría que actuar ante la situación de un niño que después de un fuerte accidente no quiere volver a jugar o juega con miedo?

Sin forzarlo. Tenemos que respetar que se sienta inseguro y tenga miedo. Será el niño que marcará su ritmo de vuelta. Poco a poco, podemos introducir ejercicios que se vea capaz de hacer, donde no se sienta en peligro de hacerse daño, y reforzarlo positivamente por sus progresos. También le puede facilitar el retorno utilizar protecciones en el sitio donde se hizo daño.

¿Son más vulnerables los niños que los adultos?

No. Los dos pueden hacerse daño por igual y sufrir las consecuencias tanto físicas como psicológicas.

¿Desconfiar del deporte que tanto te hacía disfrutar puede generar también frustración?

Habiendo tenido la oportunidad de conocer jugadores del mundo del hockey hierba, pienso que la frustración llega cuando hay un impedimento para participar en los entrenamientos o partidos por un accidente o lesión. En ningún caso por desconfiar del deporte que tanto les hace disfrutar. Todo el mundo que practica un deporte es consciente y acepta jugar con el conocimiento de ciertos riesgos. Y cuando llega un accidente o lesión lo asume, pero no con recelo hacia el deporte que practica.

¿Qué consecuencias puede ocasionar en un joven que entra en la adolescencia un impacto que desmejora su imagen física?

La adolescencia es una etapa de muchos cambios, tanto físicos como psicológicos. Una desmejora física debida a un impacto puede provocar cambios en la autoimagen del niño o adolescente; y en consecuencia acabar afectando su autoestima.

A menudo los niños y los adolescentes se sienten más inclinados a cometer imprudencias o correr riesgos innecesarios. ¿Cómo crees que podríamos inculcarles el hábito de utilizar el protector bucal?

Desde la prevención y la educación, pero no desde el miedo. Es importante que desde muy pequeños incorporen el protector bucal como un elemento más para poder participar en el juego. Se les tiene que explicar para qué sirve, cómo se tiene que usar, cómo se tiene que cuidar… Hay que enseñar a utilizarlo durante los entrenamientos y durante los partidos. Y, lo más importante, si eres entrenador, jugador adulto, padre o madre, y practicas algún deporte que requiera bucal, úsalo. Sé un buen modelo y los niños también lo utilizarán.

Elisabet Portavella

Psicóloga Col. Nº. 19608

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